Los expositores de cualquiera de los centros comerciales que encontramos en Galicia están llenos de productos foráneos, de otras regiones o mismo de otros países.
El bajo costo del transporte y el origen y origen de los propios supermercados hizo que hoy en día sea posible comprar muchas variedades, sabores y formas a precios muy dispares.
En estos tiempos de la globalización tenemos productos tan variados y diferentes que nos dejan asombrados tanto por su origen como por la forma de elaboración o mismo por sus sabores.
Ahora bien, esta oferta tan variada y rica de sabores y orígenes hacen que a veces no seamos sabedores de nuestro poder cómo consumidores.
Nuestra decisión a la hora de comprar tiene el poder de transformar nuestra sociedad, el poder de decidir que queremos que se mantenga en el tiempo y que perdure y lo que queremos que no perdure.
Cerca de nosotros tenemos una economía rural gallega muy necesitada de apoyo, una sociedad rural vieja y que lucha en desventaja contra una sociedad de consumo urbana con recursos económicos cada vez más escasos.
Los consumidores disponen cada vez de menos dinero para llenar la cesta, el precio pasó a ser el principal motivo de decisión de compra.
El consumo masificado y barato no da para mantener el esfuerzo de nuestros ganaderos y que puedan mantener sus explotaciones agrarias.
Y aquí entra el consumo social responsable, consumiendo productos de proximidad estamos preservando un modelo de producción respetuoso con el medio ambiente, sostenible, estamos dándole fuerza a la economía gallega y dándole valor al trabajo de las familias de ganaderos gallegos.
Nuestros productos gallegos son de proximidad, de calidad y sostenibles y tu apoyo es imprescindible para darle un futuro a esta tierra nuestra, Galicia.
Cuando vayas a comprar piensa, tu decisión es muy importante.